Month: April 2024

Mons. Polito: “La resurrección nos abre a la esperanza, al futuro eterno de Dios”

El dolor por la muerte del Maestro se transforma. La vida nueva llega a todos porque Cristo ha resucitado.

La fuerza del encuentro con Cristo que ha vencido a la muerte, hace que las mujeres que se dirigieron al sepulcro de madrugada y fueron las primeras en ver a Jesús Resucitado, marchen presurosas a anunciar esta gran noticia a los discípulos.

En esta noche tan dichosa y gloriosa, monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de San Carlos, presidió la Vigilia Pascual desde la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en Los Samanes, municipio San Carlos.

En esta noche santa, en la que Cristo pasó de la muerte a la vida, la bendición del fuego o lucernario dio inicio a la solemne vigilia.

Una vez bendecido el fuego que permitió contemplar cómo las llamas disipan las tinieblas e iluminan la noche, monseñor Polito Rodríguez, junto al presbítero José Luis Nava, trazó una cruz en el cirio pascual (que expresa que Cristo es la luz del mundo), la letra griega Alfa sobre la cruz, la letra Omega bajo ella, y los cuatro numerales del año en curso entre los brazos de la cruz, diciendo las palabras indicadas.

Después, el celebrante incrustó cinco granos de incienso en forma de cruz mientras dijo en cada grano:
Por sus llagas
santas y gloriosas
nos proteja
y nos guarde
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Concluido este rito, el presbítero José Luis Nava llevó el cirio encendido en procesión hasta el presbiterio.

¡Alégrense, por fin, los coros de los ángeles!
De inmediato, en la voz del diácono Julio Julio se escuchó solemnemente el Pregón Pascual que anunció que: ¡Esta es la noche en que Cristo ha vencido a la muerte y del infierno retorna victorioso!

Liturgia de la Palabra
Esta segunda parte de la "madre de todas las vigilias" se inició con el relato de los hechos principales de la historia de la salvación. Estos hechos se describieron en siete lecturas del Antiguo Testamento tomadas de la ley y los profetas y dos lecturas del Nuevo Testamento, específicamente de los apóstoles y del evangelio. Se cantó un Salmo después de cada lectura y después de una breve pausa el celebrante realiza una oración.

Terminada la última lectura del Antiguo Testamento, con su Salmo y la oración correspondiente y encendiendo las velas del altar, se entonó el Gloria, mientras se tocaban las campanas. De mayor alegría se llenó el sagrado lugar.

Posteriormente, la lectura de la Epístola dejó claro que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca.

La celebración continuó con un glorioso Aleluya, para dar paso a la lectura del Evangelio y la homilía breve que ofreció el obispo diocesano.

"La resurrección nos abre a la esperanza, al futuro eterno de Dios"
Destacó monseñor Polito Rodríguez:
"Esta semana termina en la gloriosa Resurrección de Jesús que mueve nuestra vida, recordándonos que la luz siempre triunfa sobre la oscuridad. Es el acto central y más significativo de la fe cristiana".

Dijo además que "la resurrección es la confirmacion de la fe y la esperanza del cristiano. Es momento de apropiarnos del triunfo de Cristo que es nuestro triunfo; de dejar atrás todo lo que no es coherente en nuestra realidad de cristianos".

Adicional a esto, el obispo de San Carlos manifestó que la resurrección no es una idea abstracta, sino un acontecimiento histórico que transformó el curso de la historia y cambió la vida de las personas.

"Jesús venció el poder de la muerte abriendo el camino hacia la vida, su vida eterna para todos los que creemos en Él; su resurrección confirma su identidad de Hijo de Dios. La Pascua es una oportunidad para experimentar el gesto benevolente de Dios que se da al hombre para rescatarlo", dijo monseñor.

Tercera parte: Liturgia bautismal
Dirigiéndose a la fuente bautismal, hermosamente preparada para este momento, monseñor Polito Rodríguez extendió sus manos y realizó la bendición del agua.

Concluida esta parte, con las velas encendidas, la asamblea renovó las promesas bautismales como signo de su deseo de unirse más a Cristo.

Continuó la litugia eucarística en la que con renovado gozo los fieles recibieron el Cuerpo de Cristo en la sagrada comunión.

Con el rocío de agua bendita y la bendición final por parte del obispo diocesano concluyó la más grande y noble de todas las solemnidades.

El tiempo pascual es el más importante de todos los tiempos litúrgicos, porque se celebra el centro de la fe cristiana, que es la muerte y la resurrección de Jesús. Este tiempo se inaugura en la Vigilia Pascual y termina el Domingo de Pentecostés.

El color litúrgico de este tiempo es el blanco o el dorado.

Es un tiempo de alegría y de gozo porque Cristo venció a la muerte y está lleno de victoria.

Viernes Santo: Amor extremo y total

La entrega total de Jesús por la salvación de las almas marca la conmemoración de este día.

Hoy se presenta la figura del siervo del Señor y la posibilidad de unirse al sufrimiento que conlleva a la salvación. Por eso y mucho más, la gratitud debe ser la actitud de todos.

Jesús soportó el peso de unos 40 kilos del palo transversal que cargó; su cuero cabelludo y hueso craneal se vio afectado por las estimadas 30 heridas ocasionadas por las espinas; unos 120 golpes maltrataron su cuerpo…

¿Por qué? ¿Para qué?
Porque su amor es más grande que las culpas de todos.

La conmemoración de la pasión del Señor la realizó monseñor Polito Rodríguez Méndez, desde la Parroquia Nuestra Señora del Socorro, en Tinaquillo, junto a su párroco p. David Oropeza, scj y los fieles de esta comunidad parroquial.

"El amor de Dios todo lo puede. En ningún momento quiso dejar al hombre caído por el pecado; Dios quiso restaurarlo porque Dios establece todo en favor del hombre", destacó monseñor en su reflexión.

Dijo además el obispo que, en la liturgia de este día, el profeta Isaías describe lo que es el viernes santo. Resaltó que el relato profético muestra a Jesús como salvador de la humanidad y el evangelista san Juan presenta lo que es la suerte de Jesús de Nazaret.

"Jesús se presenta completamente para cumplir el plan de Dios. El viernes es el día de los grandes dolores y el de los grandes traidores. Ese Jesús sufriente, que no tiene aspecto humano, pronuncia sus últimas palabras siendo inocente, pero se está entregando todo por nuestra salvación", dijo.

Mirando el árbol de la cruz
Tras la liturgia de la Palabra, se hizo la adoración de la cruz. La cruz fue desvelada para mostrarla a la asamblea. Bien en alto, el párroco Adolfo Oropeza, mostró “el árbol de la cruz, donde estuvo colgado Cristo, salvador del mundo”.

Una vez que el sacerdote y monseñor adoró la cruz, el pueblo con fe y esperanza la adoró con gran solemnidad.

Los improperios y reproches de Cristo a su pueblo que lo ha rechazado, acompañó este sublime momento de gratitud al Señor por tanto amor demostrado en el madero.

"A través de la cruz Jesús venció a la muerte, al pecado y todo lo que podía esclavizar a la humanidad", resaltó monseñor.

Cofradías del Santo Sepulcro y La Dolorosa
En la conmemoración, el p. Adolfo Oropeza presentó a los miembros de las Cofradías del Santo Sepulcro y de La Dolorosa, quienes se han encargado de los arreglos de las imágenes religiosas y de la organización de la procesión de este día.

En su mensaje a los cofrades, monseñor Polito Rodríguez los animó a "enamorarse siempre del Señor Jesucristo y a que como servidores tengan un papel protagónico en las pastorales y en la vida activa de la parroquia, porque el enamorado del Señor hace presencia constantemente en la parroquia y así van adquiriendo una espiritualidad. Esto los ayudará a perseverar".

Procesión del Santo Sepulcro
Por segundo año consecutivo, la procesión del Santo Sepulcro de la Parroquia Nuestra Señora del Socorro aviva la fe y la tradición de esta feligresía y del pueblo en general.

El recorrido estuvo perfectamente organizado y bien guiado por la Cofradía del Santo Sepulcro y la Cofradía La Dolorosa y se extendió por las principales calles cercanas a la parroquia.

El obispo de San Carlos y el párroco acompañó a los fieles y devotos en esta procesión.

También salieron a la peregrinación las imágenes que representan a la Virgen Dolorosa, María Magdalena y al apóstol Juan, las cuales retornaron al templo en un ambiente de profunda espiritualidad y silencio.

Mons. Polito: “Debemos corresponderle a Dios por tanto amor que nos ha dado”

Con la celebración de la Última Cena comienza el Triduo Pascual. Jesús instituyó la Eucaristía durante este compartir de amor, quedándose con su pueblo en el pan y en el vino consagrados.

En este día en el que Jesús instituye el sacramento de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal y la Iglesia recibe el mandato de celebrar este memorial en el nombre de Cristo y lo hace por medio de los sacerdotes, el obispo de San Carlos, monseñor Polito Rodríguez Méndez, presidió la Eucaristía desde la Plaza Bolívar de Apartadero, municipio Anzoátegui, acompañado por el presbítero Marsel Godoy, párroco de la iglesia San Francisco de Asís.

En su reflexión, el obispo resaltó que los cristianos deben tener un corazón agradecido porque Jesús dio el más grande ejemplo de amor a la humanidad.

"Hoy la Iglesia nos recuerda el valor del sacramento de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal y también el mandamiento que tenemos de amarnos. Para Dios somos grandes, maravillosos, somos sus hijos y debemos corresponderle a tanto amor", resaltó monseñor en su homilía este jueves santo.

Continuó: "El mandato del amor es el mandamiento mayor, el número uno que el Señor ha podido pronunciar. Hoy damos gracias, bendecimos al Señor porque no somos perfectos, tenemos limitaciones, pero así tenemos que comprendernos, amarnos y ayudarnos a ir adelante. Él (Jesús) dio el ejemplo".

En alusión a la liturgia de la palabra de este día en la que se recuerda que el sacerdote de la antigua alianza ingresaba cada año en medio de las fiestas de la pascua y ofrecía el sacrificio con la sangre del cordero en expiación de los pecados propios y del pueblo, monseñor Polito explicó el significado de esta acción liberadora: "El pueblo en gratitud a Dios, todos los años celebraba esta cena en recuerdo del paso de la esclavitud a la libertad; el paso de la muerte a la vida; de la esclavitud a la verdadera libertad de los hijos de Dios. Nosotros somos de Dios y hacia Él debemos conducirnos".

"No existe misa sin sacerdote ni sacerdote sin misa"
"Hagan esto en memoria mía", con estas palabras, Jesús, en la Última Cena con sus discípulos, instituye el sacerdocio.

En este sentido, monseñor destacó que "la Iglesia se ha empeñado en tener a sus sacerdotes y ministros para que puedan celebrar la santa misa y el pueblo de Dios pueda encontrarse con Él". Dijo que no existe misa sin sacerdote y sacerdote sin misa.

Enfatizó en la necesidad de orar por el fortalecimiento de la misión sacerdotal y por el despertar de nuevas vocaciones.

"La comunidad debe tener esa capacidad de motivar a los jóvenes. Tenemos que orar y trabajar más por las vocaciones", insistió el obispo diocesano.

Gesto de amor y de servicio
A través del lavatorio de los pies a sus discípulos, Jesús se muestra como lo que es Él (amor y servicio) y le indica a todos cómo pueden ser verdaderamente sus fieles seguidores: amando y sirviendo.

El presbítero Marsel Godoy, párroco de la iglesia Santa Clara de Asís, realizó este gesto de amor y de servicio a hombres y mujeres de esta comunidad que busca crecer en su fe y devoción al Señor.

El lugar de la reserva
En la celebración de este jueves santo se realiza el traslado del Santísimo Sacramento, desde el altar hasta el lugar de la reserva.

Monseñor Polito Rodríguez Méndez, trasladó el Santísimo Sacramento desde la Plaza Bolívar de Apartadero donde se celebró la Eucaristía, hasta el lugar de la reserva, preparado con dignidad y belleza en el templo Santa Rosa Clara de Asís para su adoración.

Obispo de San Carlos: “Es necesario salir del hombre viejo, del Judas Iscariote, para empezar el hombre nuevo”

Prensa Diócesis de San Carlos

San Carlos, marzo 27.- Desde muy temprano la feligresía de San Carlos se concentró en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, para acompañar en procesión a Jesús de Nazaret.

Monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de San Carlos, antes de iniciar la procesión animó a acompañar a El Nazareno con fe y esperanza, orando por nuestras vidas, las familias y Venezuela.

Iniciado el recorrido se sumaban más devotos, a medida que avanzaba la procesión por la avenida Enrique Domínguez o calle Las Babas en el sector Aeropuerto, para empalmar con la avenida José Laurencio Silva, punto de intersección con el centro de la capital cojedeña.

Un inmenso mar de fieles, movidos por la esperanza en la sanación, la promesa hecha por años por un milagro recibido y la confianza en que Jesús lo hará, avanzaba con oraciones y cantos.

A la llegada a la última estación del vía crucis en la plaza Bolívar, se celebró la Eucaristía presidida por el Excmo. Monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de San Carlos.

En la homilía, el pastor de la grey cojedeña comparaba el plan de vida de cada ser humano y el Plan de salvación de Dios, resaltando la importancia de ambos para la persona.

"Tú sabes lo que hay de Dios en tu vida, cuando Dios empieza a hablar, empieza a transformar; es cuando tú empiezas a hacer un camino de conversión, es decir, salir del hombre viejo representado por Adán, en Judas Iscariote, para empezar un hombre nuevo, una vida de amor, paz, una vida feliz".

Eso es lo que nos presenta el Señor, por tanto, el Señor Jesús, después de haber invitado a la conversión, empieza ese itinerario en el que pueden haber muchos obstáculos; no obstante, el Señor sabe cuál es el plan de vida, tu proyecto de vida, dijo el obispo de San Carlos.

En su disertación a los fieles congregados en esta celebración, monseñor Polito dijo que: "la desgracia más grande que puede ocurrirle a un cristiano, es no saber hacia dónde va, no saber cuál es su proyecto de vida, puede ser una persona manipulable, una persona que no logra saber para qué está sobre la faz de la tierra".

Jesús tiene un plan de salvación para nosotros, al punto que llegó a decirnos: " Yo soy el camino, la verdad y la vida".

El milagro más grande se suscita en la cruz, cuando el Señor logra vencer el mal para imponer el bien, el bien absoluto es Dios, el bien absoluto empieza en la cruz para echar a un lado todo lo que el hombre viejo representa, dijo el pastor de la Iglesia cojedeña.

El hombre nuevo es posible por la gracia en la persona de Jesucristo, el Señor; Él es el bien absoluto.

"Queridos hermanos, en la imagen que acompañamos en procesión, vemos un rostro triste, humillado; contempla esa imagen de Cristo, el Señor, que todo lo hizo por ti, por amor a mí".

Jesús en la Cruz corona ese proyecto de vida restaurando todo lo que estaba deteriorado, es el Cristo que tiene un plan de vida para nosotros, el Cristo que nos invita a una vida nueva, dijo monseñor Polito Rodríguez Méndez.

La Eucaristía del miércoles santo fue concelebrada por el Pbro. José Luis Nava, arcipreste del arciprestazgo Inmaculada Concepción, Pbro. Roseliano Páez, asesor espiritual del Seminario Arquidiocesano "Nuestra Señora del Socorro", Pbro. Luis León Santamaría, rector del Seminario Diocesano "San Carlos Borromeo", Pbro. Mauricio Silva, párroco de Inmaculada Concepción, Pbro. Pablo Vilaseca , párroco de San Antonio de Padua, P. Scj Miguel Barrientos, administrador parroquial de Santo Domingo de Guzmán, P. César González, responsable de la parroquia Santa María Micaela, así como de los diáconos: Enrique Loreto, encargado de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, y Julio Julio, director de formación del Seminario de San Carlos y del seminarista Isaías Fuenmayor.

Mons. Polito Rodríguez: “¿Estoy en capacidad de dar la vida por el Señor?”

El pasaje evangélico de este martes santo presenta al apóstol Pedro con una declaración de amor total a Jesús: «Yo daré mi vida por ti».

Sobre esta afirmación cargada de compromiso, monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de la Diócesis de San Carlos, destacó en su homilía durante la Eucaristía que presidió este martes santo en el Santuario Mariano Divina Pastora, en Lagunitas, municipio Ricaurte, que la actitud del apóstol Pedro invita a todos a pensar cómo está el amor por Dios.

"Pedro amaba al Señor, él tuvo una actitud maravillosa ante Jesús. Una de las grandes carencias de este mundo es que no hay amor. Debemos pensar en esto: ¿Estoy en capacidad de dar la vida por el Señor? ¿Cuánto amo al Señor?", expresó monseñor.

Otra realidad que muestra el texto de san Juan meditado en este día en el que se contempla la figura de Jesús humilde y paciente, está relacionada con la traición de Judas. Al respecto, el obispo manifestó que "la Semana Santa nos hace entrar en esta dinámica de contemplar estos personajes (Judas y Pedro) y cómo el Señor logra lidiar con quienes lo estaban traicionando. Así nos pasa en nuestra realidad", dijo.

El obispo de San Carlos estuvo acompañado en la celebración por el presbítero Gilberto Sánchez, párroco del Santuario, y la feligresía de este templo que honra a la Madre del Divino Pastor.

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