Seminario Diocesano “San Carlos Borromeo”

Historia

Lectio Inauguralis por parte del Pbro. Roseliano Páez, con motivo del Inicio del Año Lectivo 2022-2023

“La historia no son hechos sin vida, son la vida en los hechos”. A mi manera de ver, reflexionar sobre esta frase nos hace entrar en el dinamismo de la historia que siempre será en definitiva un querer de Dios donde nos muestra de su misericordia y salvación. Así el recordar nos hará en primer lugar darle gracias a Dios por lo que hemos vivido, revisar cómo esa historia ha penetrado nuestro corazón y, por supuesto, nos hace mirar el futuro con esperanza.

En tal sentido, mirar nuestra historia es mirar la obra que Dios ha hecho en ella, es volver a en el pensamiento donde nos hemos hecho vivir. Sin duda esto nos hace pregustar los éxitos y bendiciones que hoy son la intención que nos reúne en la reapertura de esta amada casa de formación y “alma mater” de algunos sacerdotes de nuestro presbiterio y de otras latitudes del país.

Un sueño en el corazón

Como es conocido por muchos en 1982 su Excelencia Mons. Antonio Arellano Duran Decreta la creación del Seminario Mayor Diocesano San Carlos Borromeo, en los terrenos de la futura Parroquia San José Obrero de Tinaco. Esta decisión eminentemente nos muestra el empeño que el recio obispo tachirense quería poner en cimentar las bases de una Diócesis que se preocupara por la oración y animación vocacional. Sin lugar a dudas este es el inicio de un sueño que habría de cultivar una esperanza en el corazón de aquella joven Diócesis. Podemos ubicar el germen de esta esperanza en el histórico pueblo del Pao –donde providencialmente también fue el inicio de nuestra evangelización en el Estado Cojedes- donde, desde 1989, por iniciativa del joven Párroco Francisco Montoya se inicia el primer proceso vocacional del presbiterio de la Diócesis de San Carlos, este insigne sacerdote estaría dedicado a esta tarea por casi 22 años consecutivos, permitiendo con ello que acompañara a distintos jóvenes de nuestras parroquias y que ahora son sacerdotes en nuestra Diócesis en diversas regiones del país.

En el año 1995 con la gran misión nacional por la visita del Santo Padre San Juan Pablo Il a Venezuela, los jóvenes de diversas parroquias de nuestra Diócesis movieron su corazón a sentir la llamada de Dios, gracias al testimonio sacerdotal visto en este enérgico Pontífice. Verdaderamente podemos decir que en los jóvenes de aquellos tiempos se vivió aquel hermoso lema: “¡Despierta y reacciona, es el momento!”.

Fruto de este acontecimiento de fe que conjugaba la visita del Santo Padre, los 500 años de la evangelización y los 25 años de la creación de la Diócesis, hizo que toda nuestra iglesia diocesana en Cojedes caminara hacia la vivencia de un encuentro cercano con Cristo. Estoy plenamente seguro que los jóvenes de aquellos tiempos abrieron el corazón y emprendieron un camino misionero y vocacional. Es inevitable dejar de pensar en tantos campamentos nacionales de jóvenes en nuestra Diócesis, signo del profundo compromiso juvenil de aquellos años.

Con la entrada del nuevo milenio continuaron las convivencias y retiros vocaciones para jóvenes en la casa retiros “Mons. Francisco Miguel Seijas” en Puente Azul y “Rancho Paraíso” en la vía a Manrique. Por aquellos años se hace necesario también fundar el club Serra Internacional San Carlos, para la oración, promoción y apoyo de las vocaciones en la Diócesis. Todo esto tendría su sentido y compromiso en la llamada “Mision HH”, Hijos de Dios y Hermanos de todos. Que conduciría a niños, jóvenes y adultos a un encuentro con Cristo, María y la Iglesia.

En el año 2003 con la llegada del III Obispo, el Excmo. Mons. Tomás Zárraga toma en su corazón y en su labor la preocupación que le transmitiera su antecesor de poner en marcha dos realidades muy urgentes en esta Diócesis, a saber: El proyecto de Renovación Pastoral y el Seminario Mayor San Carlos Borromeo,

“Dios lo quiere, Cojedes lo construye”

Recordando “El año misionero Diocesano” y “El año mariano diocesano” se fue palpando la necesidad de trabajar por nuestros sacerdotes, quienes desde una perspectiva de discípulos misioneros asumieran el rol que esta iglesia necesita. Fruto del primer recorrido del nuevo Obispo por toda la Diócesis se motiva a una gran campaña de oración por las vocaciones con aquella hermosa plegaria que Mons. Zárraga enseñó pidiendo el florecimiento de las vocaciones sacerdotales.

Hacia el año 2005 se crea la comisión Pro-Seminario, estando a la cabeza el Pbro. Francisco Montoya, quien para los momentos dirigía la pastoral vocacional y los seminaristas; también serían miembros un grupo de laicos de diversas parroquias y se adheriría el Club Serra. Esta comisión tendría la misión de preparar todo lo referente a la construcción de la obra del Seminario. Es preciso recordar un famoso lema que fue acogido con todo el corazón por los cojedeños: “Dios lo quiere, Cojedes lo Construye”. Este momento es digno para bendecir a Dios por todas las personas que tuvieron que ver con la construcción de esta casa, obispos, sacerdotes, laicos, empresas y personas de buena voluntad que unidos por esta causa sembrábamos poco a poco la semilla de una cultura vocacional.

En estas épocas se pensó en diversas zonas de la Diócesis para la construcción, entre ellas Manrique, Tinaquillo, Mons. Padilla en San Carlos; pero finalmente se decidió continuar con el legado de Mons. Arellano que fuese en los terrenos de la Parroquia San José Obrero.

Es muy oportuno referirse en esta etapa de la historia a la vehemencia y acompañamiento del Excmo. Mons. Giacinto Berloco, quien para ese entonces era el Sr. Nuncio Apostólico en Venezuela. Este Prelado se comprometió con todo el corazón con esta obra de Dios. Revisó el proyecto, bendijo la Primera piedra el 18 de abril de 2007, supervisó la obra en varias oportunidades cuyo inicio fue en agosto del 2007, tuvo varios encuentros con los jóvenes de la pastoral vocacional, inauguro el primer curso del Seminario Mayor con una misa solemne en la Catedral el 07 octubre de 2007, por último, bendijo la nueva sede en un 90% terminada el 22 noviembre de 2008.

Es preciso mencionar que en el año 2007, donde se da inicio al primer curso se nombra un equipo formador quedando de la siguiente manera: el Pbro. Juan Bautista Luque Araujo como Primer Rector de Seminario Mayor Diocesano San Carlos Borromeo; Pbro. Francisco Javier Montoya como director de Pastoral Vocacional y encargado de disciplina; Diác. Rodolfo Monsalve como formador y mi persona como Director Espiritual. Este primer curso inicio con 5 jóvenes cojedeños: José Antonio Navas, Jesús Darío Ramírez, Isis Pérez, Francisco Quiroz y Jhony Vadillo. Este primer curso del seminario tenía su sede provisional en la casa parroquial de nuestra Catedral.

Cual niño que está aprendiendo a caminar este primer intento, aunque lleno de esperanza, las peripecias de la historia y por diversos motivos, al finalizar el año académico, se decide dedicarse plenamente a la construcción de la casa del seminario en Tinaco y pastoral vocacional; y en consecuencia se envían a los seminaristas a los seminarios de Caracas, Coro y Barinas. Quedando para este momento como Rector el Pbro. Pablo José Albarracín Villanueva -de grato recuerdo y feliz memoria para todos. Padre Pablo asumió la obra del seminario como un sueño eclesial, entregó vida y corazón, enfrentando con tesón las contrariedades propias a esta obra, pero siempre con un espíritu de entrega y sacrificio y confiando plenamente en la acción de Dios. En compañía de dos seminaristas que hacían junto a él la experiencia pastoral: Ray Pérez y Yohan López. Posteriormente se uniría a ellos el P. Omar Alfredo Ramírez.

Sin embargo, por un designio inenarrable del amor de Dios el Padre Pablo entrega la vida al Creador en la ciudad de Valencia, la tarde del Domingo 11 de octubre de 2009. Sin duda este fue un hecho que marcaría a toda la Iglesia diocesana, un momento de profunda reflexión, de lágrimas y desconcierto, Pero, Dios siempre tiene una forma de explicarnos sus misterios, ese mismo día el himno de Vísperas nos hacía cantar y darle sentido a tan lamentable hecho: “Hoy triunfa el buen Cordero que, en esta tierra impía, se dio con alegría por el rebaño entero”. Desde todo el corazón un agradecimiento hasta el cielo al Padre Pablo.

Ya en casa

Hoy podemos decir que la semilla regada con el sudor de tantos hermanos que nos precedido en esta obra son los frutos que hoy gozosamente vivimos. Esta casa albergó por primera vez seminaristas el 19 de septiembre en el año 2010, siendo ellos Elio Pérez, Jhonluis Garabán y Christian Ramos para el curso propedéutico y José Antonio Navas para la experiencia del año de pastoral. Este inicio tuvo como formadores a los P.P. Rodolfo Monsalve y Pedro Ramírez como Director Espiritual y Académico respectivamente y mi persona como Rector. Como todo inicio hubo tiempos de sacrificio y arduo trabajo con situaciones como el agua, la electricidad y el gran reto del acondicionamiento interno y externo de las áreas de la casa.

Esta casa alberga los mejores recuerdos de una cultura vocacional en nuestra Diócesis. Recuerdos de las llamadas “Toma vocacional” que desde el 2010 se hacen por iniciativa de los seminaristas de la diócesis que estaban en el seminario de Barinas. No debemos dejar de lado a los profesores, benefactores y laicos comprometidos con esta obra. Definitivamente todo ha sido una obra de la misericordia de Dios.

Es necesario mencionar la figura del Excmo. Mons. Tomás Zárraga, quien nunca temió llevar adelante esta obra, la hizo suya y la amo con especial atención. Es meritorio recordarle en distintas facetas, como por ejemplo: con el famoso “Jeep de Caritas” en las empresas pidiendo materiales, con micrófono en mano en el radiomaratón o con un pote en una esquina de la ciudad recibiendo la contribución de este generoso pueblo. También es preciso recordarle como profesor, como acompañante vocacional en las convivencias o incluso con la experiencia de escribir y dirigir un retiro para seminaristas desde la experiencia de la Misericordia. Se decide solo tener el curso propedéutico.

En el año lectivo 2011-2012, solo entraron dos seminaristas, Mauricio Silva e Isis Pérez, quienes tomaron la formación con empeño y esmero.

Este año se decide suspender las actividades como seminario queda esta casa como centro vocacional, donde con sacrificio nuestros seminaristas venían desde Barinas a hacer las convivencias vocacionales. En este tiempo se recogieron sin duda los frutos que el esfuerzo y trabajo de nuestro plan de renovación pastoral y de la fraternidad de nuestros seminaristas, el apoyo del clero y de los fieles; estos frutos ya maduros son varios de nuestros sacerdotes de nuestro clero y de otras diócesis y arquidiócesis del país.

En el año 2017 esta estructura tuvo algunas remodelaciones importantes en su estructura, llevadas a cabo con la dirección del ya Sacerdote Ray Pérez, para ese entonces encargado de los seminaristas, contando el apoyo de los seminaristas de experiencia pastoral, entre ellos el ya hoy Padre Christian Ramos. Ya para finales de septiembre del año 2017 se construyó la cerca perimetral, se remodelaron los baños, cocina, salones de clase, se pintó la parte interna y externa, se pulió nuevamente el granito y, con la ayuda del Prof. Jaime Miró, se reorganizó la biblioteca que para ese entonces se pensó fuese dedicada al Pbro. Pablo Albarracín (Humildemente me permito pedirles a los formadores presentes retomar esta idea, el cual sería un gran homenaje a tan ilustre sacerdote).

Esta casa a mediados del mes de septiembre se entregó a los hermanos de misioneros de María Estrella de la Mañana, quienes atenderían esta casa destinada a retiros espirituales.

Cabe destacar que en el año 2012 surge la iniciativa por el Pbro. Juan Carlos Mejías, Párroco de San Miguel Arcángel del Baúl del I Campamento de seminaristas, en la comunidad de “Quebrada de agua”; en el 2012 en la comunidad de “Mujica” y “El Pueblito” de la Parroquia San Juan Bautista del Pao; 2013 en la comunidad de “Orupe” y “Lomas del viento” de la Parroquia San José Obrero de Tinaco; 2014 en la comunidad de “Camoruquito” que para ese entonces pertenecía al Santuario Eucarístico San Juan Bautista, en el 2015 en el caserío “Palambra del Doctor” de la Parroquia San Antonio de Padua y en 2016 sería en algunos sectores del casco central del Santuario Mariano Diocesano en Lagunitas. Sin duda fueron experiencias de convivencia fraterna, evangelización y pastoral vocacional. Estos campamentos en el año 2017, por decisión de nuestro actual Obispo, se fusiona con el campamento anual de jovenmisión.

Para el año 2022 con motivo del 50 aniversario de nuestra diócesis, Mons. Polito Rodríguez, actual Obispo de la diócesis de San Carlos, decide reanudar con funciones de seminario y para el día 17 de septiembre fue reinaugurado con el recibimiento de los nuevos seminaristas. Actualmente cursan el ciclo propedéutico 8 seminaristas, entre ellos: 7 de nuestra diócesis, 2 de la Arquidiócesis de Valencia y 1 de la comunidad de los Servidores Misioneros de la Palabra. Figuran como equipo formador: Pbro. José Roberto Valecillos como Rector, Diác. Luis León Santamaría Director de estudios y disciplina y el Pbro. Gerardo Muñoz como Director Espiritual.

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