Vidas consagradas: entrega total a Jesús, el Señor y a la Diócesis de San Carlos

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Cada 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, instituida en 1997 por el papa San Juan Pablo II.

Este año, la XXVIII jornada tiene como lema “Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad.

En la Diócesis de San Carlos, la hermana Ana María Alvarado, quien forma parte del Orden de las Vírgenes Consagradas (Ordo Virginum), hace algunos años le ofreció esta respuesta al Señor: “Aquí estoy, quiero entregarte mi vida”.

Desde entonces, vive a plenitud, amando y sirviendo a Cristo y a los hermanos.

“La vida consagrada se trata de poder escuchar ese llamado de amor que el Señor nos hace a entregar la vida en totalidad, en todo su ser, en toda su esencia; en mi caso, en cuerpo y alma, en castidad perpetua a Él. Es una opción radical de vida, de entrega total a Jesús”, expresa con alegría la hermana Ana María.

Esta jovial catequista y fiel servidora del Señor, se consagró plenamente a Cristo el 12 de diciembre de 2019. El rito litúrgico de consagración fue presidido por monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de la Diócesis de San Carlos.

La hermana Ana María no tuvo objeción al llamado que Dios le hizo; para ella esta dócil respuesta se renueva todos los días. Su vida está al servicio de Dios y de la Diócesis de San Carlos. “Mi alimento diario es la Eucaristía, así como la oración. Esto me hace renovar mi entrega totalmente a Él y a vivir a plenitud las promesas bautismales”, expresa la consagrada que sirve a Dios en la Parroquia Espíritu Santo, ubicada en el sector La Colonia, comunidad que la acompaña y la ha visto crecer y fortalecer su amor a Cristo.

La vocación de la hermana Ana María enriquece el trabajo pastoral de esta diócesis.

“La vida consagrada a Dios lo vale todo”
Con sublimes melodías, el hermano Leonardo Rincón, misionero del Corazón Inmaculado de María, también le dice al Señor: “Aquí estoy, Señor, ¿qué quieres de mí?”.

Cuando apenas tenía 15 años, compuso la canción “Aquí estoy, Señor”. Con música le respondió a Dios, quien lo llamó para convertirlo, además, en su adorador.

Conocer a ese hombre (Jesús, el Señor) que, según describe en su canción, ‘su rostro estaba lleno de luz’ y que además le dijo que ‘en el mundo mucha gente no conocía su amor’, lo llevó a sus 24 años a decidir ‘ayudarlo’ a llevar su Palabra a los hermanos.

“Consagrar la vida a Dios, además de entregarte por completo a Él, es negarte a ti mismo, cargar con tu cruz y seguirlo. La vida consagrada a Dios lo vale todo”, expresa el hermano Leonardo.

Este hermano misionero nació en Maracaibo, estado Zulia. Evangelizó comunidades del estado Barinas. Bajo la guía y orientación de monseñor Polito Rodríguez Méndez llegó al estado Cojedes para continuar su misión, centrada en el anuncio del Evangelio, el amor a la Virgen María y la caridad pastoral.

La vocación del hermano Leonardo, su apoyo y apertura para compartir su espiritualidad, talento musical y conocimientos en el área litúrgica, también fortalece el servicio pastoral de esta Diócesis.
PCDSCeb/2224

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