Miembros de los distintos carismas de Vida Consagrada renuevan su «Sí» al Señor
Diócesis de San Carlos
Pastoral de la Comunicación

2 de febrero de 2025.- Es un don de Dios; es entrega total a Él; es servicio a todos. Brota de un llamado especial de Dios y es respuesta de amor para alcanzar la plena comunión con Él.
Esto es la vida consagrada para quienes han respondido: «Sí, Señor, aquí estoy, quiero servirte».
Esta es la respuesta que, en unidad, alegría, fe, esperanza, y en vísperas de la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, los miembros de los distintos carismas de vida consagrada de la Diócesis de San Carlos renovaron este sábado 1 de febrero.
Cada 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que fue instituida en 1997 por el Papa San Juan Pablo II, con el objetivo de «ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia) y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor».
Con cantos y alabanzas al Señor, los consagrados de la Iglesia local dieron gracias a Dios por el llamado recibido y la respuesta de amor que por Su gracia le han dado y que reavivan cada día, peregrinando en este Año Jubilar desde la entrada al pueblo de Lagunitas, municipio Ricaurte, hacia el Santuario Mariano Diocesano Divina Pastora.
Culminada la peregrinación en el templo jubilar, vivieron un momento especial ante Jesús Sacramentado, acudieron al sacramento de la Reconciliación y participaron en la celebración de la Eucaristía que presidió el Administrador diocesano, Pbro. Jhonluis Garabán.



De alegría y agradecimiento fue la reflexión que compartió el Administrador diocesano a los presentes. “Como vida consagrada aportan mucho a esta Iglesia. Han sido esa luz, ese faro encendido para la vida de muchas personas, dando testimonio, dando amor, entrega, desgastándose cada día, dejando tal vez sus lugares de origen para venir a servir al Señor en esta Iglesia particular”.

PCDSC/2025