Definición
Las Pequeñas Comunidades Cristianas son un grupo de personas cristianas que surgen como fruto del primer anuncio (Kerygma) o de la evangelización fundamental, donde todos buscan crecer y madurar juntos en la fe de Cristo y en la vivencia del amor fraterno. “Las Pequeñas Comunidades Cristianas son una instancia primaria de comunión y célula viva de la parroquia. Están llamadas a transformar la vida en torno a los valores del Evangelio” (CPV 11, 97).
Objetivo general
Las Pequeñas Comunidades Cristianas tienen el objetivo de ser iglesia en cada sector, animando la fe en la comunidad, “propulsoras de comunión entre sus miembros y con las otras instancias eclesiales, especialmente con la Parroquia” (CPV 11, 174).
Objetivos específicos
- Orar y alimentar la Comunión con Dios.
- Formarse y dar razón de nuestra fe.
- Ayudar a los más necesitados.
- Celebrar la fe y estrechar la alianza con Dios.
- Fortalecer las diversas pastorales: familiar, catequesis, juvenil, vocacional,educativa, social, de salud, bíblica, misionera y de medios de comunicación de las Diócesis de San Carlos y de la Iglesia.
Valores Constitutivos
Las Pequeñas Comunidades Cristianas avivan la oración, el sentido de familia cristiana, la reflexión y análisis de la realidad, la evangelización, la solidaridad y el compromiso.
Misión
Las Pequeñas Comunidades Cristianas plantean una nueva forma de relación interpersonal, desde la fe; la posibilidad de profundización en la Palabra de Dios; la participación más consciente en las celebraciones de la fe y un mayor compromiso en su realidad social. (CPV 11, 18). Ellas, generan, en la medida de sus posibilidades, servicios pastorales que garanticen su crecimiento y su incidencia en el entorno, en comunión con la parroquia. (CPV 11, 177).
Visión
Las Pequeñas Comunidades Cristianas, llamadas por vocación, a vivir la dimensión profética de la vida cristiana, ser testigos de la verdad, comprometerse concretamente con la búsqueda del bien común, tomando conciencia de los derechos humanos, detectando injusticias y saliendo a la defensa de los valores que dignifican a la persona concreta. Son “lugares de evangelización” que constituyen una “esperanza para la Iglesia universal” (CPV 11, 98)